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Codificación industrial fiable en productos congelados

 

Trabajar en frío no solo desafía a los operarios: también pone al límite los sistemas de codificación. El hielo, la condensación y las bajas temperaturas afectan directamente a la calidad del marcado. Si el código se borra o la etiqueta se despega, no solo pierdes información... pierdes trazabilidad. Y eso, en sectores como el alimentario o logístico, se traduce en pérdidas, sanciones o devoluciones. En nuestra empresa lo sabemos porque hemos instalado soluciones reales en líneas donde el frío no da tregua.


¿Por qué el frío afecta tanto al marcaje industrial?

La humedad superficial, el vapor tras el túnel de lavado o la temperatura por debajo de cero son enemigos naturales de la tinta y el adhesivo. Tintas convencionales se diluyen o no fijan. Adhesivos comunes fallan al contacto con escarcha o al entrar en cámaras. Si no se actúa justo en el momento y lugar adecuados, el código simplemente no sobrevive. Por eso, la clave está en codificar en origen, antes de que el producto se enfríe del todo.


¿Qué tipo de impresoras se utilizan en líneas de refrigerado o congelado?

Las impresoras de chorro de tinta continua (CIJ) son una de las opciones más extendidas para codificación en frío. En SMC Codificación trabajamos con modelos preparados para entornos industriales exigentes, que permiten imprimir sin contacto y con tintas formuladas para adherirse en envases fríos o con humedad superficial. Son habituales en líneas de procesado de carnes, platos preparados o vegetales en atmósfera modificada.


¿Y si el envase requiere etiquetado en lugar de impresión directa?

Cuando el formato del producto exige una etiqueta visible, lo esencial es trabajar con aplicadores automáticos que utilicen adhesivos específicos para frío. En nuestra experiencia, estas soluciones son especialmente útiles en líneas de bandejas, tarrinas y envases termoformados. Lo importante es validar que la etiqueta se aplique justo antes de entrar en cámara, con la presión y el adhesivo adecuados.


¿Cuál es el momento correcto para codificar en frío?

El marcaje debe hacerse antes del paso por cámara, no después. Es ahí cuando el envase aún tiene condiciones estables para asegurar un resultado duradero. En muchas instalaciones que hemos optimizado, basta con reubicar la impresora a un punto anterior en la línea para reducir errores de trazabilidad en más del 60%. A veces, no es solo cuestión de máquina: es cuestión de estrategia.


¿Qué recomendaciones técnicas hay que tener en cuenta?

Elegir la tinta correcta es fundamental: debe tener buena adherencia en superficies frías y secar rápido para evitar borrones. También es recomendable verificar visualmente el código justo después de la impresión, especialmente si el producto está húmedo. Por último, proteger el punto de impresión de las zonas de condensación puede marcar la diferencia entre un código duradero y uno fallido.


¿Qué sectores se benefician más de estas soluciones de codificación?

Además del sector alimentario, donde los congelados y refrigerados son protagonistas, también lo aplicamos con éxito en logística de temperatura controlada y en algunos productos sanitarios sensibles. Todos ellos comparten un mismo reto: mantener la trazabilidad bajo condiciones que no perdonan errores.


¿Qué hace diferente nuestra propuesta de codificación en frio?

No ofrecemos solo impresoras. Entendemos los entornos de trabajo, validamos in situ, adaptamos consumibles y acompañamos a cada cliente desde el análisis hasta la puesta en marcha. Porque en líneas frías, donde todo se acelera y el margen de error se reduce, contar con una solución bien pensada marca la diferencia entre un producto trazable... o uno en riesgo.

Codificación industrial fiable en productos congelados
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