La trazabilidad alimentaria no es solo una exigencia legal: es una garantía para el consumidor y una promesa de calidad para cualquier empresa que trabaje con alimentos. Cada lote bien marcado, cada código legible, cada fecha visible... habla de una marca que cuida lo que produce. Y sí, cumplir con regulaciones como el Reglamento (UE) 2021/382 o con estándares como IFS, BRC o ISO 22000 puede parecer complejo al principio, pero con las herramientas adecuadas, es totalmente alcanzable.
Curiosamente, no en grandes errores, sino en detalles pequeñísimos. Una etiqueta mal adherida por humedad, una impresora mal ajustada o un código que se borra con facilidad. Y de repente, un lote entero queda en duda. Lo hemos visto muchas veces. Y siempre se repite la misma sensación: "Esto podría haberse evitado". Porque, en realidad, sí se puede evitar.
Debe ser claro, duradero y adaptado al entorno. No todos los productos se codifican en las mismas condiciones. Algunas líneas tienen vapor, otras manejan productos grasos o están sometidas a cambios de temperatura extremos. Por eso, es clave contar con impresoras industriales resistentes, tintas formuladas para superficies complicadas o etiquetas técnicas que no se despeguen ni en las condiciones más exigentes.
Nuestra forma de trabajar parte de algo básico: escuchar. Antes de recomendar una solución, caminamos la planta, analizamos el proceso, entendemos el ritmo y los retos de cada cliente. Porque sabemos que no es lo mismo marcar envases en una sala blanca que imprimir sobre film en un ambiente húmedo. Ofrecemos impresoras robustas, consumibles testados y sistemas de verificación que aseguran trazabilidad real. De verdad.
A veces, elegir una impresora industrial parece una decisión sencilla. Pero si se toma con prisa o sin toda la información, puede traer dolores de cabeza: paradas inesperadas, errores de marcado, pérdidas de producto o incluso sanciones. Por eso, en SMC aplicamos una guía práctica, casi como un checklist, que nos ayuda a acertar desde el principio.
Suele quedar fuera de la conversación... pero no debería. Integrar el sistema de codificación con tu ERP o SCADA marca una diferencia enorme. Permite trazabilidad total, reduce errores humanos y ofrece control en tiempo real. En un entorno exigente, eso no es un lujo. Es una necesidad.
Pensar más allá del equipo. Esto no va solo de comprar una máquina. Va de integrar una solución que trabaje contigo, que se adapte al ritmo de tu planta y que dé resultados desde el primer día. En eso estamos especializados.
Si gestionas una planta de producción y te preocupa mejorar tu sistema de codificación, ahora es el momento de actuar. En SMC Codificación podemos ayudarte a revisar tu proceso actual, detectar puntos de mejora y proponer una solución a medida. Una que cumpla con la normativa, sí, pero sobre todo, una que funcione de verdad. Escríbenos, cuéntanos tu caso... y demos juntos el siguiente paso hacia un modelo de trazabilidad industrial incuestionable.